Hace 15 años, Sam (Karen Gillan) vio como su madre asesina, Scarlet (Lena Headey), la dejaba atrás después de cometer un error crítico mientras trabajaba para la organización, The Firm, y su manejador, Nathan (Paul Giamatti). Sin un modelo a seguir que la lleve a una vida pacífica, Sam sigue a su madre y se convierte en una de las principales empleadas de The Firm, utilizando armas y frialdad para eliminar a sus objetivos. Cuando su último trabajo resulta en el asesinato accidental del único hijo del rival McAlester (Ralph Ineson), Sam se encuentra en una posición difícil con sus empleadores. Ella tiene la tarea de limpiar el desorden recuperando una maleta con dinero robado, pero ese plan sale mal cuando dispara al hombre equivocado, descubriendo que su hija secuestrada, Emily (Chole Coleman), está atrapada en medio de un creciente problema con la mafia.
Cuando pienso en películas sobre mujeres asesinas, son las películas de Luc Besson las que inmediatamente me vienen a la mente. La mayoría del género le debe algo a sus trabajos anteriores, como La Femme Nikita (1990) y The Professional (1994), y debo admitir que estas se encuentran entre mis favoritas de todos los tiempos. Qué puedo decir? Hay algo eternamente asombroso en una mujer con armas abriéndose camino a través de un ejército de asesinos. Gunpowder Milkshake sigue esa sólida tradición, pero también ofrece algo nuevo en términos de estilo. La película es una extravagancia de colores y de lo mejor que Netflix ha ofrecido en este verano de éxitos de taquilla.
El nombre por sí solo debería darles una pista de que Gunpowder Milkshake no es la típica película de asesinos. Las influencias del manga está en todas partes, tanto en su alta energía, su aspecto neón y sus personajes, aunque en realidad está ambientada en lo que parece ser una ciudad europea. Todo lo relacionado con este mundo ocupado por asesinos se siente plenamente realizado por el director y co-escritor Navot Papushado, como una especie de extensión de John Wick (2014). Es un mundo en el que querrás quedarte y definitivamente ver más cuando se acabe, y no está de más que los personajes también sean geniales.
Karen Gillan interpreta a Sam, una asesina a sueldo de The Firm, un grupo anónimo que "controla el mundo" desde las sombras. Lena Headey es su madre, Scarlet, que había sido la principal asesina de The Firm hasta que cometió un error y se dio a la fuga, dejando a su hija al cuidado de Nathan, quien ayudó a convertir a la niña en la nueva agente principal de la organización. 15 años después, Sam también entra en conflicto con sus jefes al matar a la persona equivocada, el hijo de un mafioso violento, y luego decide ayudar a Emily, una niña que The Firm ha marcado para morir. De repente, sola con todo un ejército de asesinos bien vestidos y fuertemente armados detrás de ella, Sam necesita ayuda si tiene la más mínima posibilidad de sobrevivir.
Aunque Sam es una mujer ruda, su lucha por sobrevivir está llena de personajes extravagantes y lugares coloridos, con cada batalla más surrealista que la siguiente. Gran parte de la acción tiene lugar en un restaurante de la década de los años 50 que es como The Continental en John Wick, un espacio seguro que no es tan seguro. Dos peleas destacadas ocurren cuando Sam pelea contra tres hombres en una bolera con colores tipo Skittles, y luego en el consultorio de un médico con todos batallando bajo los efectos de gas de la risa y ella sin el uso de sus brazos. Son secuencias salvajes y la película los sigue lanzando uno tras otro y nunca se cansa.
En The Library, Sam se encuentra con sus tres "tías", interpretadas por un conjunto de estrellas compuesta por tres mujeres que me gustaría tener en mi equipo cualquier día. Angela Bassett es Anna May, Carla Gugino es Madeleine, y Michelle Yeoh es Florence. Dirigen un lugar donde el material de lectura está cargado con más que información, y la sección de Autoayuda está completamente equipada con más que libros de cocina. Es el escenario de un tiroteo verdaderamente épico, con Papushado haciendo un uso juicioso de la cámara lenta y los ángulos caóticos para realzar una carnicería. Mucha personalidad entra en cada secuencia de acción, y mezcla brutalmente las cosas con humor a lo Kill Bill (2003) de Quentin Tarantino. Cadenas, hachas, pistolas, martillos, maletas en forma de panda, bolsas de Hello Kitty, cualquier cosa es un buen arma.
En general, la película no es perfecta. Hubo momentos en que los stunts cambiaron la forma del cuerpo de nuestras héroes. Además, comencé a preguntarme si se estaba pasando por alto la naturaleza prolongada de las escenas de lucha. La coreografía fue excepcional, pero... cuánto es demasiado? Sin embargo, disfruté del final en cámara lenta y presté mucha atención a algunas de las escenas violentas en el camino. Hubo algunas peleas brutales que se destacaron y estuvieron muy bien ejecutadas. La historia es familiar si se profundiza en ella. Una asesina se encarga de una niña que también quiere convertirse en una "limpiadora". Por eso los clásicos son clásicos por una razón, verdad? Al final, Gunpowder Milkshake es exactamente lo que promete el título. Es una película de acción/suspenso de temática feminista y espero que este sea el comienzo de algo grande. Ya sean precuelas, secuelas o una serie de anime... todo podría funcionar.
Puntuación: 3 alcapurrias y media mordida.
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