El ex bajista y co-cantante de Pink Floyd Roger Waters profundiza algunas de sus motivaciones para escribir The Wall, específicamente la muerte de su propio padre relacionado con la guerra a una edad muy temprana y la pérdida de su abuelo en una guerra anterior, todo combinado con un espectáculo técnicamente perfecto de su muy ambicioso show en vivo.
La película ha hecho un trabajo excelente de capturar la atmósfera del concierto, la construcción y el crescendo de derribar el muro al final. Expuesto junto con el concierto Waters viaja por carreteras contando su conmovedora y emocional historia mientras visita las tumbas de guerra de su padre y su abuelo, junto con momentos de reflexión. A todo esto se le suma a una montaña rusa emocional y emocionante en términos del concierto.
La producción del concierto es enorme y se nota que no escatimaron en gastos. En el escenario hay una pantalla que actúa como una pieza de doble, una metáfora, y hasta cierto punto, un miembro de la banda. El concierto acompaña a Roger Waters en una búsqueda de auto-descubrimiento. Los detalles de su pasado y presente se combinan con el concierto para presentar algunos efectos poderosos. Todos los temas familiares de Pink Floyd (anti-establecimiento, adicción, amor, impotencia) se muestran en visuales altamente modernizados. Algunos de los mayores efectos se observan en las transiciones entre los viajes de Waters y el concierto.
En fin, es una obra maestra de rockumental, una película verdaderamente brillante. Altamente recomendada para cualquier fan de Pink Floyd y Roger Waters.
Puntuación: 5 alcapurrias.
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