Enid Baines (Niamh Algar) trabaja como censora de películas para la Junta de Clasificación Británica. Ella es responsable de editar cada baño de sangre, violación violenta y decapitación espeluznante que se muestra en películas de terror, en su mayoría difíciles de ver, que los tabloides llaman Video Nasties. Ella asume la gran responsabilidad de proteger al público de los horrores que, si ven tales actos en una película, podrían influir en su propio comportamiento. Una noche, Enid tiene la tarea de revisar una película particularmente inquietante que despierta algo en lo profundo de su psique. Lo que se desarrolla en la pantalla ante ella se siente como un paralelo a sus propios recuerdos nublados sobre la desaparición de su hermana Nina hace más de una década. Atormentada por su falta de respuestas sobre lo que realmente le sucedió a su hermana y siendo constantemente bombardeada por imágenes violentas en su vida diaria, la realidad de Enid comienza a virar hacia la fantasía, creando un mundo de sueños que amenaza con apoderarse de todos los aspectos de su vida.
Una película sobre Video Nasties inevitablemente contará con una buena cantidad de sangre y morbo. Y Censor cumple en ese departamento. Esta película de terror británica de la directora debutante Prano Bailey-Bond no es para los débiles. Pero si tienen estómago para ello, serán recompensados con una apasionante historia sobre el trauma, la obsesión e incluso una divertida (y sangrienta) revisión de las películas de terror de explotación y de bajo presupuesto que se reprodujeron en cintas VHS en los años 80's. De hecho, gran parte de la película rinde homenaje al género de los Video Nasties. Hay mucha violencia exagerada, no solo en las películas que Enid debe ver como parte de su trabajo como censora de películas, sino también en su propia vida. Algunas de las escenas son increíblemente sangrientas. Pero mientras que esas películas de los 80's a menudo carecían de una historia, aquí Bailey-Bond ha elaborado cuidadosamente una narrativa que cuando la sangre y las visceras vuelan, nunca se siente de forma gratuita.
Como dije antes, la película está dirigida por Prano Bailey-Bond, quien también la co-escribió. Bailey-Bond toma numerosas decisiones cinematográficas a lo largo de la película que funcionan increíblemente bien. Ella manipula los colores no solo para mostrar el estado oscuro y desolado del mundo, sino también la confusión interna de Enid. Enid se baña con frecuencia en color rojo o azul reflejando la lucha dentro de ella y mostrando la meticulosa y confiable Enid versus la imprudente Enid que está obsesionada con encontrar a Nina. Bailey-Bond muestra que Enid continúa por este camino traicionero a través de la distorsión del sonido y la vista, con Enid en un estado nebuloso, casi como en un sueño.
La película une flashbacks a lo largo de la narrativa para que el espectador pueda vislumbrar el pasado de Enid. Mientras Enid está desenterrando los recuerdos, el espectador también los está experimentando. Estos flashbacks no solo ayudan a avanzar la narrativa, sino que llenan valiosos vacíos del pasado de Enid y lo que la convirtió en su forma de ser. La directora Bailey-Bond también logra insertar breves momentos de humor. Solo una línea rápida o declaración en varios momentos durante la película, pero la mayoría del humor aterriza. A Bailey-Bond le ayuda enormemente una magnífica actuación de Niamh Algar como Enid Baines, que está en casi todas las escenas. Hay una escena en la que la cámara se enfoca en el rostro de Enid mientras mira una película y, aunque no somos testigos de la imagen, sus ojos capturan perfectamente el horror de lo que está viendo.
En general, la película se centra en el tipo de videos desagradables que Enid está tratando de ocultar al público. La película tuvo una premisa interesante y unos buenos primeros actos, pero comienza a ceder en la segunda mitad. Para una película de terror, está llena de sangre, pero los sustos son pocos y distantes entre sí. Vale la pena verla, pero asegúrense de mantener sus expectativas bajo control. Al final, Censor no es para todo el mundo y ciertamente no es el tipo de película para una noche familiar. Pero para aquellos que crecieron durante la década de los 80's y los Video Nasties (o saben de ellos), hay mucho que encontrar en esta sangrienta revisión de una era pasada.
Puntuación: 3 alcapurrias.
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