Julio César Strassera (Ricardo Darín) es el nuevo fiscal federal y ha sido elegido para conducir la investigación y el juicio contra la Junta militar que devastó Argentina con la Operación Cóndor durante casi diez años, desde 1976 cuando Jorge Rafael Videla (Marcelo Pozzi) inició la dictadura, hacia 1983, año de las nuevas primeras elecciones democráticas en el país. Se siente atrapado en su nueva posición, y en realidad piensa que es víctima de una emboscada, ya que siente que nunca tendrá éxito en su misión. Quién lo va a ayudar? Qué se puede hacer para acusar y condenar a los comandantes de tan sangrienta pero popular dictadura? Con el apoyo de su familia, construye un equipo de jóvenes investigadores y fiscales, entre ellos Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani), sin vínculos notables con ese terrible pasado que acaba de terminar, y en una misión contra viento y marea, protagonizan una peligrosa y difícil prueba para cambiar la historia del país y conseguir el apoyo de la opinión pública que todavía no está lista para dejar atrás su pasado.
Argentina, 1985 es una carta de amor al Juicio a las Juntas, que enjuició a todos los responsables de hacer desaparecer a 30,000 personas porque el gobierno consideraba inaceptables sus opiniones políticas. El guión narra poderosamente los esfuerzos conjuntos del equipo legal que luchó por la justicia de los desaparecidos, quienes fueron secuestrados y asesinados en secreto por el gobierno militar. La película toma forma a través de un elenco fenomenal entre las paredes de la casa de un ciudadano de clase media. Julio junto a su esposa Silvia (Alejandra Flechner), su hija Verónica (Gina Mastronicola) y su hijo Javier (Santiago Armas Estevarena), lleva la vida de un hombre que quiere garantizar un espacio seguro en su hogar, tanto como en las oficinas judiciales donde él trabaja. Su vida privada se extiende al público a medida que el deseo de Strassera de proteger a su familia se expande a su país.
El director Santiago Mitre se ha ocupado antes de la exploración de personajes que se debaten entre sistemas políticos corruptos y el afán de hacer prevalecer la honestidad. En su película La Cordillera (2017), Mitre ya le había asignado a Ricardo Darín el papel de un protagonista que se encontraba en el ojo de la tormenta. En esta ocasión el reto es mayor porque muestra el momento en que "Nunca más!" se convirtió en la expresión utilizada por el pueblo para repudiar el terrorismo de Estado.
La Guerra Sucia de Argentina es un capítulo abominable de la historia humana y el juicio que derribó a los máximos mandatarios de un gobierno fascista fue, como lo definió Strassera, “el más importante después de los Juicios de Nuremberg”. El juicio no es sólo una oportunidad para hacer frente a los crímenes de humanidad perpetrados y silenciados por el antiguo régimen, sino para asegurar de una vez y por todas la continuidad de la democracia en Argentina. La película muestra las etapas sobresalientes de los procedimientos judiciales como una circunstancia específica de la nación para difundir una advertencia universal. La descripción de este oscuro momento en la historia de Argentina es importante como un recordatorio para los países de todo el mundo de lo que puede suceder cuando las fuerzas antidemocráticas se infiltran en nuestras vidas. La película es mucho más que un cuento con una moraleja. No quiere predicar a las masas, pero sí rastrea eventos pasados de una manera que pueden volverse extremadamente relevantes para este tiempo presente.
La película, sin duda, es hermosa de ver. Desde luces tenues hasta habitaciones llenas de humo, vistas enriquecedoras, junto con una producción y un diseño de vestuario impecables, esta película hace un trabajo admirable al llevarte a otro tiempo y lugar donde tener moral y coraje era la forma más rápida de una existencia sin trabajo o no existir del todo. Mitre también incorpora a su guión temas y comportamientos de personajes de “nunca más”, y eso se siente a lo largo de toda la película, nunca más evidente y efectivo que cuando el director presenta media docena de poderosos monólogos testimoniales, todos basados en casos reales, describiendo las experiencias de personas desaparecidas forzosamente. Por supuesto, las historias orales son escalofriantes. Desde una mujer que describe dar a luz a su hijo mientras está esposada por la espalda, hasta un hombre que fue violado en grupo por sus captores militares, sus historias son inquietantes, pero nunca más que cuando una madre simplemente quiere saber si su hija está viva o muerta. Su respuesta? No tiene ninguna.
Parte de la razón por la que la película funciona tan bien son las actuaciones. Como protagonistas, Ricardo Darín y Peter Lanzani sobresalen, siendo dueños de sus muchas escenas juntos sin importar lo que estén haciendo, tanto que, incluso si se habla mucho lenguaje legal en la película, nunca deja de ser apasionante y atractivo. Pero a Darín y Lanzani se unen una serie de talentosos actores, y es gracias a ellos que cada miembro del equipo legal siempre es creíble, lo que le da más personalidad a la película. Como la esposa de Julio, Alejandra Flechner brilla como Silvia, interpretando el personaje que se siente más cercano a la audiencia, ya que apoya a su esposo pero no está directamente involucrada en el juicio, y una fuente inagotable de sabiduría muy necesaria que ofrece más elementos para la reflexión. Otro personaje esencial de la película es el del hijo de Julio, y Santiago Armas Estevarena como Javier es excelente al presentar sus líneas en el momento exacto, haciendo que sus escenas no solo sean memorables sino también muy efectivas.
Si necesitan una comparación o una película para contextualizar, la más cercana puede ser Missing (1982), una película sobre Edmund Horman, quien buscó a su hijo Charles, y que desapareció durante el golpe militar de 1973 en Chile encabezado por el general Augusto Pinochet. La diferencia es que Argentina, 1985 te muestra las secuelas y el arrepentimiento. Si bien la película carece de un impacto cinematográfico, los argumentos finales por parte de Darín son conmovedores e incluso poderosos. Hay una frialdad inusual después de ese momento. Sin embargo, eso es solo para resaltar la verdadera nobleza de Strassera de que el trabajo no está hecho y muy posiblemente nunca lo estará.
En general, el director Santiago Mitre no reinventa la fórmula del drama judicial aquí, y una crítica que podría hacerse es que el director podría haberse atrevido un poco más, dándonos una película menos "pulida" pero más impactante. Pero eso es sólo un defecto menor. Esta es una película que les encantará, los molestará, los iluminará y les recordará que nunca es tarde para luchar por la memoria, la libertad y la justicia. Al final, Argentina, 1985 es una película hecha con gracia y, por momentos, con un toque notablemente ligero, junto a una destacada interpretación de Ricardo Darín. Es un drama apasionante y excepcionalmente bien hecho que recrea un momento crucial en la historia latinoamericana y una historia de gran valentía que honra a los disidentes y a los valientes hombres y mujeres que se les hizo justicia.
Puntuación: 4 alcapurrias y media mordida.
No comments:
Post a Comment