En una pequeña ciudad de Virginia, la policía es llamada a una horrible escena de crimen donde una familia ha sido masacrada en su propia casa. En el sótano, descubren algo aún más inquietante: el cadáver parcialmente enterrado de una mujer desnuda. Los policías llevan a esta víctima no identificada a una pequeña morgue familiar, donde le piden al propietario Tommy Tilden (Brian Cox) que realice un análisis forense urgente para ayudar a determinar lo que sucedió en la casa. Su hijo, Austin (Emile Hirsch) cancela una cita con su novia para ayudar a su padre a realizar la autopsia. Trabajando hasta altas horas de la noche mientras desprenden metódicamente las capas de piel, músculo y hueso, Tommy y Austin están desconcertados por la falta de signos externos de trauma en la víctima y la alarmante extensión de sus heridas internas. Cada vez más perplejos y frustrados por estas anomalías forenses, el par comienza a sucumbir a los nervios de la noche, asustándose ante apariciones en las sombras. A medida que el miedo se eleva y la atmósfera se llena de maldad, se hace evidente que el destino de los Tildens está entrelazado con una oscuridad que ninguno de ellos puede comprender y un misterio mucho más profundo que la piel que están examinando.
No he visto una película de horror original bien hecha en bastante tiempo. Basta con considerar que esta película no es para aquellos con un corazón débil en lo absoluto, ya que contiene escenas gráficas que no son adecuadas para todo el mundo, pero el título lo dice de todos modos, es una autopsia. Lo que más me gustó de esta película es que tiene todo lo que a los fans del terror les gustaría ver en una película, tiene escenas muy inquietantes, suspenso de primera, buenos sustos, un ambiente de tensión y una historia espeluznante que probablemente los mantendrá pensando en cadáveres toda la noche.
La película comienza lenta con el horror y se puede pensar que se está viendo una película de crimen forense. En cambio, se desarrolla una historia inquietante, atmosférica, claustrofóbica y llena de sacrificio y venganza. Nunca mantiene a uno aburrido, siempre es interesante y se quiere saber cómo se desarrollan las cosas. A medida que pasa todo, notarán que se vuelve más rara y más extraña y luego se sentirán incómodos viéndola hasta que alcance la velocidad máxima del horror y entonces llegará a su fin.
Brian Cox es genial como el forense de la pequeña ciudad que lleva a cabo la autopsia en el cuerpo. Emile Hirsch interpreta a su hijo y asistente y aunque es bueno no tiene tanto impacto como Cox. Michael McElhatton (Roose Bolton en Game Of Thrones) hace una aparición como el sheriff de la ciudad. Donde esta película realmente tiene éxito es en hacer algo que muchas películas de horror moderno han olvidado y es que juega con la imaginación del espectador, crea una sensación incómoda fuera de la narración y juega con la luz, el sonido y las sombras. Esto no quiere decir que no se llega a ver nada grotesco o inquietante, ya que ciertas escenas no son aptas para cardíacos.
Gran dirección, grandes personajes, un gran ambiente y una gran experiencia de terror. En mi opinión es posiblemente la mejor película de horror que he visto este año. Desafío a cualquiera a verla y a no sentirse impresionado, satisfecho o tal vez un poco asustado, y si son verdaderos fans del horror no se pueden perder esta película.
Puntuación: 4 alcapurrias.
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