Clare (Teresa Palmer) es una fotógrafa aficionada con un interés en la arquitectura que anda con un bulto por toda Europa, especialmente en Alemania. Durante su visita, conoce a Andi (Max Riemelt), un joven encantador que comparte su aprecio por los lugares de interés, ofreciendo a Clare una visión de Alemania. Aprendiendo más sobre su trabajo como profesor, Clare se encuentra enamorandose de un hombre que acaba de conocer, y disfruta de una noche con él antes de continúar con su viaje. Sin embargo, Clare no puede alejarse, volviendo a encontrarse con Andi, quien la recompensa con un inesperado interés romántico encerrando a la joven en su apartamento, sellándola detrás de cristales y cerraduras, transformando a Clare en una mascota para su disfrute.
La historia es bastante simple, una turista australiana es barrida de sus pies por un encantador hombre en Berlín, permaneciendo encerrada con él durante un par de días antes de darse cuenta de que no la permitirá salir. Presuntamente tomando prestado el título del síndrome de Estocolmo, las líneas en la relación de Andi y Clare empiezan a desvanecerse a lo largo de la película. Cuando Clare se siente resignada a su suerte, intenta aprovechar al máximo su situación. Es un viaje desgarrador a la mente humana y lo que se hace para sobrevivir o no volverse loco. En ciertos escenarios es imposible saber si Clare está tan engañada como para ser sinceramente feliz o no, aunque estos escenarios están intercalados con descensos a la desesperación.
La cinematografía es genial y la actuación de Teresa Palmer como Clare es muy buena, tanto así que Max Riemelt apenas puede mantener el ritmo. Su personaje, Andi, puede ser atrevido, amistoso e ingenioso, o puede ser siniestro, frío y espantoso de una manera completamente ilegible. Una cosa que me encantó de la película fue su capacidad de transmitir tanto sin palabras. Los dos personajes principales se alejan regularmente entre sí y estas escenas son menos dependientes del diálogo. A pesar de esto, se es capaz de ver las crudas y expuestas emociónes del dúo.
Los defectos en esta película se encuentran en un par de opciones extrañas en la edición y el final fue decepcionante. Se las arregla para ser a la vez predecible y sin sentido, lo que no es una gran combinación. En general, Berlin Syndrome es un estupendo estudio del carácter y un tornado psicológico de violencia y suspenso.
Puntuación: 3 alcapurrias y media mordida.
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