Dax (Robbie Kay) es un fanático de las películas de horror con una historia de trauma, ya que su propia madre fue asesinada ante sus ojos cuando era niño. Enfrentando sus temores con la ayuda del entretenimiento del género de horror, Dax está listo para pasar un tiempo en Blood Fest, un festival nocturno de terror ubicado en un rancho remoto. Mientras que el padre de Dax, el Dr. Conway (Tate Donovan), objeta su asistencia, Dax va de todos modos, y él y sus amigos Sam (Seychelle Gabriel) y Krill (Jacob Batalon) entran gratis con la ayuda de la actriz de B-movies, Ashley (Barbara Dunkelman). El maestro de ceremonias es el productor de cine Anthony (Owen Edgerton), y tiene un programa especial planeado para la multitud masiva de fanáticos, desatando asesinos para cazar y matar a los asistentes, haciendo en el proceso un video que ayudará a crear su última producción. Tratando de escapar, y navegando en áreas con temas especiales, Dax y sus amigos luchan contra zombies, vampiros y asesinos enmascarados, sobreviviendo a la noche mientras intentan descubrir qué está pasando. Pronto se une Hinckley (Chris Doubek), la estrella de la película de terror favorita de Dax, Arbor Day, y un hombre que no soporta la violencia.
La película parodia y rinde homenaje a muchas películas de terror y sus fans, y hace un trabajo fantástico. Los fanáticos del género reconocerán fácilmente las películas que retrataron aquí y el humor/horror de verlas cobrar vida. Los fanáticos de las películas de terror son los más
apasionados del mundo y se demuestra que es verdad en esta película. Si alguna vez han estado en una convención saben de lo que hablo. Estas personas que se presentan aquí son tan reales como uno esperaría encontrar en uno de esos eventos. Dar vida tanto al horror como a la comedia y combinar las dos no es una tarea fácil, pero el escritor/director Owen Egerton lo ha logrado de una manera muy efectiva. Las bromas funcionan bien y el factor gore es tan exagerado como se podría esperar en cualquier película de terror respetable. Los homenajes a varias películas clásicas también funcionan bien, pero no son tan exactas como para provocar un problema de derechos de autor.
Las actuaciones, siendo la mayoría actores desconocidos, son sorprendentemente buenas. No es por criticar a los involucrados, pero en la mayoría de los casos, los actores desconocidos tienden a convertirse en poco más que estereotipos hechos al extremo y, si bien aquí hay ciertos estereotipos, ninguno de ellos resulta tan condescendiente. Robbie Kay maneja muy bien su actuación siendo el centro de atención. Seychelle Gabriel hace un gran trabajo como la chica sarcástica y tenaz que es una rival para Robbie cuando se trata del conocimiento de las películas de horror y el fanatismo. Jacob Batalon es estupendo como el amigo gordito que está decidido a perder su virginidad pero no sabe cómo lograrlo. Y Barbara Dunkelman es la típica chica rubia con cabeza de burbuja que no es demasiado ridícula, pero hay una razón para ello.
En el lado negativo, la trama realmente no tiene mucho sentido si le dan un pensamiento real, especialmente la mecánica detrás de todo, y hay un giro en la trama que se puede ver a millas de distancia y eso hace que incluso haga menos lógica. Además, muchas de las escenas realmente se sentían que podrían haber ido mucho más lejos con el horror y el gore, y los personajes constantemente mencionan los clichés de las películas de terror que deben evitar hacer si quieren sobrevivir. Sin embargo, aparte de que dichos personajes lo mencionan tanto, realmente no tiene relación con nada y rara vez funciona en términos de recompensa. A pesar de esos problemas, la película es muy divertida para los fanáticos del género, ya que nunca se toma en serio, e incluye un montón de momentos graciosos.
En general, la disfruté inmensamente y encontré que la combinación del humor y horror estuvo bien hecha. Es una combinación que no muchos pueden dominar y lograr, pero los involucrados aquí hicieron un trabajo increíble. El resultado final es una película que podría volver a ver fácilmente. Al final, Blood Fest tiene sus problemas y está lejos de ser perfecta, pero aún así se las arregla para ser un viaje divertido y infernal con un montón de piezas divertidas para hacer que cualquier fanático de horror (sea extremo o casual) encuentre al menos algo para disfrutar.
Puntuación: 3 alcapurrias y media mordida.
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