Meredith Houseman (Simon Pegg) es el guardian de la casa Sparta en Slaughterhouse School, una antigua escuela pública que dirige a los jovenes hacia la grandeza para el futuro de Inglaterra. Houseman no está en un lugar muy feliz, dado que su novia Audrey (Margot Robbie) se encuentra en Africa haciendo "buenas obras" con médicos franceses guapos. El nuevo alumno de la escuela, Don Wallace (Finn Cole), está igualmente infeliz, ya que es un adolescente que asistió a la escuela gracias a su bien intencionada madre Babs (Jo Hartley). Su extraño compañero de habitación, Willoughby Blake (Asa Butterfield) parece ser un depresivo crónico, está siendo atacado por el prefecto Clegg (Tom Rhys Harries) y su cama fue ocupada anteriormente por un vizconde, un estudiante fallecido en circunstancias desagradables por las cuáles nadie quiere hablar. Al menos él tiene la distracción de la diosa de la escuela, Clemsie Lawrence (Hermione Corfield), para dejar de pensar en sus problemas. Mientras tanto, The Bat (Michael Sheen), el director de la escuela, está distraído en algún acuerdo sospechoso con una corporación malvada que investiga un misterioso hueco en los terrenos escolares. Sin embargo, ese hueco parece hacer más que solo estar ahí, causando unos pocos temblores de tierra, a medida que desata una malvada fuerza antigua.
Realmente quería que me gustara Slaughterhouse Rulez. Siendo una película de comedia y terror con un elenco y una premisa que sonaban prometedoras y una publicidad que me llamó la atención, no podía dejarla pasar. Además, tiene las colaboraciones de Simon Pegg y Nick Frost, que creo que funcionan muy bien juntos y realmente brillan individualmente cuando el material es bueno. Tristemente Slaughterhouse Rulez resultó ser una amarga decepción. No es una de las peores películas que he visto, sino una de las más decepcionantes, ya que realmente tenía mucho potencial y tenía todos los ingredientes para ser un éxito. Este es el perfecto ejemplo de una película que no debería haber ido mal con la cantidad de cosas positivas que poseía, pero lo hizo relativamente con su ejecución en la mayoría de las áreas.
En realidad la película comenzó razonablemente bien, hay un poco de presentimiento mezclado con una pequña cantidad de diversión y angustia. Todo aumenta de manera insuficiente hacia el final, después de tener que esperar demasiado para llegar allí con el resto de la película siendo tan defectuosa como es. La escuela es un entorno agradable y parte de la película está bien filmada. Sin embargo, hay demasiado que funciona en contra de la película. La historia está por todas partes, con una estructura muy desarticulada y una mezcla de tonos que se confunde y desconecta cada vez más. Demasiadas tramas salen de la nada, se resuelven con demasiada facilidad y apresuradamente y no se hace nada con ellas, y incluso hay algunas preguntas sin resolver sobre por qué incluso están allí. Además, la escena de la orgía fue muy extraña y fuera de lugar. El elenco hace lo mejor que puede, pero el material no ayuda. La dirección y inexperiencia de Crispian Mills, junto con los personajes poco profundos trabajan en contra de la película. La química de Simon Pegg y Nick Frost no es la más satisfactoria, ya que ha sido mucho más natural en sus otras colaboraciones y también en sus actuaciones. Michael Sheen es un personaje desperdiciado y Asa Butterfield (que no es tan malo) le va un poco mejor aquí.
Gran parte de la película no tiene un aspecto particularmente atractivo, con efectos que parecen incluso obsoletos y una edición que es caótica y apresurada. La película no funciona bien como una comedia o un horror y no funciona mejor incluso juntos. Aparte de algunos extraños momentos divertidos, la comedia es predecible y, a menudo, barata, con pocos signos de ingenio. Los elementos de terror se vuelven completamente planos debido a la previsibilidad, pero también debido a la falta de suspenso o momentos escalofriantes. También habría ayudado si los monstruos realmente se vieran bien o tuvieran algún tipo de personalidad y se usaran menos. La película también trata de incluir otros elementos, como elementos satíricos que no están lo suficientemente amolados, y el aspecto de los comentarios sociales y de la conciencia ambiental son pesados y confunden aún más a la película. Toda la película se sintió incoherente, demasiado saturada y tonalmente desordenada.
En general, esta es una verdadera mezcolanza de película. Trata de ser una comedia de terror sin ser particularmente atemorizante o graciosa y usa demasiados elementos que se han visto en historias ambientadas en internados como este muchas veces antes. Al final, Slaughterhouse Rulez es una película que si tuviera un mejor guión con algunos personajes más interesantes probablemente hubiera resultado ser una experiencia agradable. Lamentablemente, es una película y una oportunidad desperdiciada.
Puntuación: 1 alcapurria y media mordida.
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