Review: Infinity Pool

Siendo un autor sin éxito, James Foster (Alexander Skarsgård), y su adinerada esposa, Em (Cleopatra Coleman), han llegado a un exclusivo complejo en el país costero de La Tolqa para descansar y recargar energías. Las grietas en su relación son evidentes y se vuelven más obvias cuando una joven y vivaz fan, Gabi (Mia Goth), se aferra a James. Al día siguiente, los tres, más el marido de Gabi, Alban (Jalil Lespert), alquilan un coche y se adentran en las tierras prohibidas más allá de los límites del complejo. Después de un día tranquilo, que incluye un encuentro íntimo entre James y Gabi, ocurre un accidente de camino al complejo. Con James al volante, el auto golpea y mata a un peatón. Al día siguiente, llega la policía para arrestar a James. La pena por matar a alguien, incluso accidentalmente, es la ejecución. Pero para los ricos, hay una salida. Por un precio, James puede encargar la creación de un clon, una réplica físicamente idéntica que, una vez infundida con sus recuerdos, es una copia perfecta, que se puede ejecutar en su lugar. Mientras observa cómo se desarrolla su procedimiento, James se da cuenta de que el clon no es simplemente un avatar sin emociones, sino un ser consciente que puede sentir miedo, desesperación y dolor. El incidente le permite a James ingresar a una sociedad secreta: huéspedes del complejo que han pasado por la misma experiencia y se sienten empoderados por ella. Em reacciona reservando un vuelo inmediato a casa, pero James, sin embargo, elige quedarse para explorar la depravación abrazada por Gabi y la sociedad secreta.

Infinity Pool es una película para cualquiera que se pregunte qué se siente estar bajo los efectos de los alucinógenos, tropezando en su camino a través de horrores indescriptibles mientras cuestiona la fábrica de la realidad. Ultraviolenta y bellamente realizada, simplemente no hay suficientes palabras para describir la sensación de pesadez y malestar que deja al espectador mucho después de que pasan los créditos. Esta es probablemente una de las películas más grotescas e incómodas que he visto. Su terror se sumerge en varios subgéneros, desde ciencia ficción hasta horror corporal, psicológico e incluso invasión del hogar. Sin embargo, y en última instancia, puede ser imposible clasificarla. Con imágenes breves, actuaciones poderosas y secuencias alucinantes que rayan en la pornografía, esta película de Brandon Cronenberg está destinada a convertirse en un clásico de terror para los sentidos.

La película empuja los límites de las monstruosidades cinematográficas mientras somos testigos de algunas imágenes verdaderamente impactantes. Gran parte de esta película se desarrolla de tal manera que algunos pueden no esperar, pero conocer la premisa que se desarrolla solo aumentará el disfrute de uno. La película comienza con una secuencia de apertura alucinante que invita a uno al mundo al revés en el que los personajes están a punto de entrar. El zumbido de la cámara que se inclina boca abajo mientras recorre tomas amplias del complejo establece el tono al instante, y desde ahí nos vemos inmersos en la relación emocionalmente irritable de James y Em.

James, es un escritor fracasado que claramente se ha golpeado a sí mismo hasta el punto de estar contento en donde está. Sus respuestas a su esposa sobre la cena u otras excursiones en el complejo muestran signos de un hombre desinteresado con todo, y mostrando poco entusiasmo por lo que lo rodea. Cuando él y Em se encuentran con Gabi y Alban, Cronenberg toma el concepto de "oye, te vimos desde el otro lado del bar, podemos invitarte un trago?" al siguiente nivel. Gabi se convierte inmediatamente en una agente del caos mientras busca captar la atención de James. No es difícil, ya que él se lanza sobre ella cuando ella le muestra un poco de intriga en su "pequeña" novela que publicó hace seis años. Para James, eso es todo lo que se necesita y, como dice Em, está feliz de haber encontrado su club de fans.

Las dos parejas organizan un viaje de un día fuera del complejo, lo que va en contra de las reglas, pero son ricos y pueden pagar su viaje, así que lo hacen. Este día se hace añicos cuando James atropella y mata a un hombre y se da a la fuga. Al día siguiente, los cuatro son detenidos por la policía. Les dicen que las reglas son diferentes en el país en el que se encuentran. Un asesinato debe ser vengado por el hijo de la víctima. Una muerte por una muerte. No obstante, los ricos tienen una salida porque necesitan mantener el flujo de dólares de los turistas. Entonces tienen un proceso que clonará a James para que el clon pueda ser asesinado en su lugar. El problema es que James debe ver cómo ocurre esta muerte. Aquí es cuando la película realmente despega, y es cuando realmente entramos en ese mundo al revés de la película. La medida a la que James tiene que llegar para evitar pasar su vida en una cárcel extranjera o incluso ser ejecutado es bastante extrema, y ​​la película nos muestra la psique de un hombre que constantemente está siendo probado por quienes lo rodean para dar un salto y volverse más dominante en su propia vida. Puede haber más en Gabi y Alban de lo que parece, y a través de los ojos de James, la audiencia aprende eso en una multitud de formas sádicas.

A partir de entonces, Cronenberg establece aquí una serie de posibilidades enfermizas. Por un lado, está comentando sobre los asquerosamente ricos que siempre pueden comprar su pase para salir de los problemas. Además, qué tanto te afectaría tener que ver cómo te matan? Verte arrastrarte, lloriquear y suplicar por tu vida solo para ser sacrificado como un pedazo de carne? Y, quizás lo más intrigante, qué pasaría si no mataron al clon y fue el verdadero James quien murió? Si fueras el clon, lo sabrías? Te importaría? La película aborda todas estas preguntas con un abandono imprudente y sangriento. Aún así, Cronenberg todavía encuentra formas de llevar esta loca historia a lugares inesperados. James no es el único que ha pasado por este proceso. Por el contrario, Gabi, Alban y un grupo de personas adineradas también lo han hecho. Y para ellos, que sus clones paguen el precio de sus fechorías los ha liberado de cualquier emoción moral. Matan y roban y hacen lo que quieren con un júbilo asesino, seguros de que no tendrán que responder por nada de eso.

Mientras Cronenberg disfruta del caos total que ha creado, no tiene miedo de ir a lugares psicosexuales más grotescos. Pero no todo funciona, ya que Cronenberg a veces pierde de vista la narrativa en sus intentos de conmocionar y asombrar. Hay escenas que parecen existir únicamente para molestar a los débiles de corazón. Sin embargo, cuando tiene el control, pocos pueden evocar una imagen inolvidable como Cronenberg. Con la ayuda de Mia Goth y Alexander Skarsgård, realiza lo que podría ser el acto de humillación más impactante jamás capturado en pantalla. En este momento, con Goth perfectamente demente sobre el bonete de un automóvil, vemos a un hombre con una pizca de sí mismo siendo desgarrado bajo una lluvia de palabras que cortan más profundo que cualquier cuchillo. Creo que Mia Goth está haciendo un trabajo digno de un Oscar y el mejor de su carrera. No hay mejor actriz ahora mismo en el ámbito del género que ella. Alexander Skarsgård se ve eclipsado por ella hasta cierto punto, pero también es bueno en un papel que le pide que se deshaga de la masculinidad que todos esperamos de él. El elegir a Skarsgård para este papel es una yuxtaposición tan perfecta que amplifica el arco de su personaje. Su machismo es desafiado de tal manera que ver a su personaje a través de la anticipación normal de un papel de Skarsgård es descartado por completo. No siempre es perfecto aquí, pero realmente aprovecha al máximo este rol y muestra un lado de sí mismo que es genuinamente diferente pero ciertamente bienvenido.

En general, la película apunta hacía los ricos e intocables de una manera completamente diferente, pero tiene el mismo éxito en su deconstrucción y sus duras conclusiones. Las personas en esta película no tienen consecuencias por ninguna de sus acciones abominables. Se contentan estrictamente con cumplir todos sus caprichos, sin importarles a quién lastimarán y por qué. Quizás el punto de vista de Brandon Cronenberg no sea del agrado de todos debido a la obvia naturaleza gráfica de las imágenes. Al mismo tiempo, es imposible negar su poder, o el manto hipnótico que lanza Cronenberg. Al final, Infinity Pool es una película fascinante de esplendor visual, incluso con sus representaciones brutales de contenido sexual gráfico y violencia sádica que alcanzan un nivel hipnótico de arte cinematográfico. Dirigida por algunas actuaciones retorcidas y sorprendentes, es una experiencia surrealista de violencia, sexo y otros acontecimientos impactantes. A veces, el estilo es más importante que la sustancia, pero la película aún ofrece una narrativa cautivadora que dejará a algunas personas inquietas y a otras probablemente satisfechas. 

Puntuación: 3 alcapurrias y media mordida.