Sunday, August 18, 2024

Review: Alien: Romulus


Rain (Cailee Spaeny) es una residente del Jackson's Star Mining Colony que mantiene cerca a su hermano "sintético", Andy (David Jonsson), mientras ella se ocupa de las obligaciones laborales cambiantes de Weyland-Yutani Corporation. A ella le ofrecen la oportunidad de trasladarse a un planeta más brillante, pero Tyler (Archie Renaux) planea tomar el mando de una nave fuera de servicio. A él se unen su hermana Kay (Isabel Merced), Bjorn (Spike Fearn) y la piloto Navarro (Aileen Wu), lo que requiere que Andy acceda a los tubos criogénicos necesarios para el viaje de nueve años. El grupo viaja a una estación espacial abandonada para obtener los tubos criogénicos, pero el complejo está a punto de estrellarse contra los anillos planetarios. Buscando acelerar el proceso, el equipo reanima accidentalmente un laboratorio que contiene muchos Facehuggers, comenzando una carrera por la supervivencia mientras Rain y los demás intentan manejar su confusión y luchar contra la amenaza Xenomorph, que se convierte en un problema mayor a medida que comienza el ciclo de vida alienígena.

Han pasado siete años desde el lanzamiento de Alien: Covenant, la segunda precuela de la serie Alien y la continuación de Prometheus (2012). En esas películas, el director Ridley Scott jugó con algunas ideas interesantes con respecto a la historia, particularmente cómo surgieron los Xenomorphs, y planteó algunas preguntas aún más interesantes en el proceso. Es desafortunado que Covenant no haya recibido una secuela para cerrar esos cabos sueltos, y con la compra de Fox por parte de Disney también durante este tiempo, finalmente dejó la franquicia en un estado de limbo, hasta ahora. En ese tiempo, la franquicia Alien pasó por varios inicios fallidos de ideas diferentes, e incluso una quinta película que tomaba lugar después de los eventos de Alien: Resurrection (1997) y que traia de vuelta a Sigourney Weaver como Ellen Ripley para ser dirigida por Neill Blomkamp.

Es aquí que entra Alien: Romulus, dirigida por Fede Álvarez, y siguiendo los pasos de una reanimación de franquicia similar al éxito de Hulu/Disney+ Prey (2022), la precuela de las películas de Predator. Fede Álvarez no es la elección más obvia para dirigir una película de Alien. No me malinterpreten, el cineasta de Evil Dead (2013) y Don't Breathe (2016) es experto en escenas gore y crea suficientes momentos espeluznantes como para hacer que se nos hiele la sangre. Pero, es eso necesariamente lo que queremos de la franquicia en la que Ridley Scott y James Cameron crearon dos de las mejores películas de ciencia ficción jamás hechas? Resulta que sí, es lo que queremos de Alien: Romulus, ya que Álvarez devuelve el miedo al espacio profundo mientras rinde homenaje al pasado y abraza la totalidad de lo que es la franquicia Alien.

Ambientada entre los eventos de la clásica Alien de 1979 de Ridley Scott y la secuela igual pero diferente de James Cameron de 1986, Aliens, la trama aquí es bastante simple: Rain, quien junto con un grupo de colonizadores espaciales y su hermano "sintético" Andy, irrumpen en una estación espacial fuera de servicio en órbita sobre ellos, que está muy cerca de quedar completamente fuera de servicio ya que está en curso acelerado hacia los anillos planetarios. A medida que la tripulación avanza a través de las ruinas, finalmente se encuentran con una especie que puede matarlos de maneras increíblemente violentas y perturbadoras, y aquellos que conocen las películas de Alien, probablemente puedan descubrir qué viene después. Con eso en mente, Álvarez lo entiende. Estas películas están destinadas a ser aterradoras, pero no deben tener miedo solo de los Facehuggers y los Xenomorphs que acechan en cada rincón de la nave espacial abandonada. También deben temer las frías garras de la avaricia corporativa y las demandas sin nombre y sin rostro que pondrán en peligro vidas humanas para generar ganancias potenciales por una súper arma extraterrestre.

Alien: Romulus se estrena 45 años después de la primera Alien, una película que originalmente se creó como una especie de película B en respuesta a la popularidad de Star Wars en 1977 y terminó convirtiéndose en una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos, generando una serie de secuelas, en la que una de ellas, Aliens de James Cameron la superó en algunos aspectos. Las dos primeras pueden compartir el honor de estar entre las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos, pero las entregas que siguieron, desde Alien 3 (1992) de David Fincher hasta Alien: Resurrection (1997) de Jean-Pierre Jeunet y las dos precuelas de Ridley Scott, no fueron muy bien recibidas. En un intento por resucitar la franquicia, Alien: Romulus vuelve a la fórmula básica, creando un tenso thriller de terror que comienza lento y avanza hasta un intenso acto final que hace volar las puertas. Es por eso que, en papel, contratar al hombre que hizo un excelente trabajo al realizar un exitoso thriller claustrofóbico como Don't Breathe es perfecto. El resultado? En algunos casos, la mejor película de la franquicia desde Aliens.

Aquí, Álvarez toma la idea de Don't Breathe en el espacio con varias secuencias de acción construidas en torno al uso de sonido y sombras, mientras Rain y sus amigos intentan atravesar la nave y salir de la historia vivos. El diseño de sonido se nota desde el principio, y es increíble. Una vez que la película toma velocidad, el grupo comienza a encontrar de todo, desde Facehuggers hasta Xenomorphs. Álvarez mantiene la tensión de manera experta con algunos momentos realmente impresionantes, una cinematografía magnífica y con los acontecimientos que se desarrollan. También hay un sentimiento nostálgico en el aspecto de la película, con un uso sutil de la imagen, que evoca la estética de la original. A esto se suma un énfasis en los efectos prácticos. Si bien se utiliza el CGI, de manera destacada en algunos casos, el trabajo animatrónico con los diferentes organismos alienígenas es fascinante y agrega una sensación de realismo a la amenaza que enfrentan los personajes.

Un elenco joven aporta una explosión de chispa a esta serie, pero es un elenco pequeño, lo que significa que Álvarez no tiene un gran número de cadáveres con los que jugar. Afortunadamente, demuestra ser igual de hábil a la hora de aumentar la ansiedad en la franquicia Alien. Como Rain, Cailee Spaeny es fantástica, continúa su impecable trayectoria como actriz y lleva su talento a otro nivel aquí. Cuando las cosas se ponen difíciles para ella, canaliza momentos que hacen eco de los esfuerzos de Ripley en Aliens, cargando un rifle mientras busca Xenomorphs para hacerlos pedazos. Sin embargo, la verdadera estrella del espectáculo resulta ser David Jonsson como Andy, quien ofrece una actuación increíblemente poderosa, a menudo expresándose sin palabras y simplemente quedándose quieto. La conexión fraternal entre Rain y Andy crea un marco sólido y es el aspecto más convincente de los personajes humanos, ya que ambos trabajan juntos para tratar de encontrar una salida. La película, no obstante, tropieza con sus otros personajes, a menudo manteniendo la mayoría de sus características con unas pocas líneas de exposición o simplemente en un breve momento en el que hacen algo por sí mismos. Como tal, no se forma mucha conexión con ellos, lo que hace que sea un poco difícil apoyarlos cuando la sangre comienza a correr. La excepción a esto es Kay, interpretada por una increíblemente resistente Isabela Merced, quien, al igual que Rain y Andy, termina justo en medio de algunas de las secuencias más locas de la película y hace algunas cosas serias en el proceso.

Donde la película también tropieza, a veces, es en sus significados más profundos. Las dos primeras películas plantean y evocan preguntas que conforman su columna vertebral temáticamente más rica, con Aliens incluso a menudo actuando como una respuesta a la guerra de Vietnam y el trastorno de estrés postraumático, y Prometheus preguntando sobre cómo surgieron los humanos, planteando sentimientos existenciales, y si todos los esfuerzos importan o no. Esa columna vertebral temática falta en Romulus y, en el proceso, conduce a una película un poco más ligera. A veces, parece más una versión de grandes éxitos de la franquicia, incorporando muchas de las marcas registradas de la serie en términos de imágenes, acción y diálogo para mantener las cosas a flote. Sin embargo, esto no es un simple vehículo de servicio para los fanáticos. Álvarez utiliza esas herramientas para que la historia avance, basándose en esos legados. Siente nostalgia por la serie de una manera que la respeta y la honra.

En general, el director Fede Álvarez pone la barra muy alta para Alien: Romulus al situarla entre las películas de Ridley Scott y James Cameron. Si bien la trama es bastante sencilla, hay algunos giros sorprendentes y una cara familiar que los fanáticos devotos de la franquicia reconocerán de inmediato. A medida que la película se acerca a los minutos finales, toma decisiones que sin duda serán discutidas por muchos espectadores y que incluso podría polarizar a muchas personas. En ese momento, Álvarez hace algo realmente loco y los resultados son dignos de verlos para creerlos. Al final, Alien: Romulus es, en última instancia, un vistazo muy gratificante y una de las mejores entradas de la franquicia. Puede que le falte algo de la profundidad de las dos primeras películas e incluso de Prometheus, y hasta cierto punto incluso de Covenant, pero proporciona un viaje fantástico y emocionante que logra la mayoría de sus objetivos creativos, brindando a los fieles otro enfrentamiento con el "organismo perfecto", al mismo tiempo que prepara las cosas para una nueva generación de espectadores.

Puntuación: 4 alcapurrias y media mordida.

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