El temerario motociclista Johnny Utah (Lucas Bracey) se une al FBI después de un trágico accidente y alejandose del deporte que ama. Jake ha sido reclutado por Hall (Delroy Lindo) para infiltrarse al mundo que una vez perteneció. Su tarea es identificar e investigar un grupo de atletas extremos que han sido responsables de algunos atracos verdaderamente imposibles que se ha traducido en la pérdida de miles de millones de dólares. Estos criminales han irrumpido principales intereses de Estados Unidos, pero cualquier intento de atrapar a estos delincuentes ha resultado de manera infructuosa. En su investigación, Utah se encuentra con un hombre que va por el nombre de Bodhi (Edgar Ramírez). Al igual que Utah, Bodhi es altamente cualificado en todas las cosas peligrosas y no pasa mucho tiempo antes de que los dos forman una unión inusual. El joven se obsesiona con Bodhi y su equipo y cuando revelan sus planes, Utah debe elegir entre la vida que una vez conoció y la vida que desea llevar a cabo.
Esta es una nueva versión del clásico de 1991 Point Break, protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze (para su información ninguno de ellos hacen un cameo en esta película y habría sido extremadamente difícil para que saliera Swayze, ya que el falleció). La historia es bastante parecida a la original pero con el énfasis en los deportes extremos. A veces es como casi ver un comercial para un canal de deportes extremos con todo el snowboard, el traje de alas de vuelo, el alpinismo, el motocross y el surfing. Los stunts de esta película son unos de los mejores que he visto, sólo esto hace que la película valga la pena verla. La película también cuenta con una excepcional cinematografía.
La premisa básica de esta versión es: vamos a tomar algunas escenas y personajes de la original (Utah, Bodhi, Pappas, "I'm an FBI agent", ladrones con máscaras de presidentes, el protagonista dispara contra el cielo y surfing) y vamos a construir una historia ligeramente mejorada alrededor de la premisa original y encajarla al mercado actual. Lo que obtenemos es una historia apresurada que gira alrededor de un grupo de personas con un deseo de muerte que desean tratar de lograr sus cuestionables objetivos. La trama se precipita y es estupida para ser creible. Recuerdan las escenas lentas en la primera película? Las conversaciones entre Keanu Reeves, Patrick Swayze y Gary Busey? La infiltración lenta y metódica a la comunidad de surfistas? Olviden eso. El nuevo Utah es un especialista que puede alcanzar fácilmente la tarea más imposible en este planeta y que va directamente al grano en los primeros 10 minutos de la película. En el departamento de la actuación, es mediocre y no tiene nada memorable.
En general, no es nada como la original y eso es quizás debido a Keanu, Patrick y Gary. Pero si le gustan los deportes extremos, es posible que deseen verla. Aparte de eso, Point Break es sólo otro remake innecesario.
Puntuación: 2 alcapurrias.
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