Tuesday, March 7, 2017

Review: The Assignment



Frank Kitchen (Michelle Rodríguez) es un asesino a sueldo y es bastante bueno en ello. Su estilo es simple: ataca cuando menos lo esperas, dispara de cerca y sale rápidamente. A él no le importa qué trabajo tomar, todo es simplemente negocios. El problema con su línea de trabajo es que tarde o temprano matará a la persona equivocada. Ese tipo es el hermano de Rachel Kay (Sigourney Weaver), una doctora expulsada y encerrada en un instituto mental por su obsesión por experimentar con personas sin hogar. Ella está allí porque capturó a Kitchen y lo forzó a convertirse en mujer a través de una cirugía de reasignación de género, dejando así a un asesino muy enojado y confuso con sed de venganza.

Cuando no hay nada más que vender, un concepto que agarra la atención es el camino a seguir. Eso es exactamente a donde The Assignment va con su premisa. Esta premisa bastante escandalosa no es tan ofensiva como suena, sobre todo porque nadie se preocupa mucho por las cuestiones planteadas. Es una película despreocupada sobre una cuestión delicada y algunos intentos de reflexionar sobre el género y la identidad que no refuerzan exactamente el caso. Los fans del género Grindhouse tendrán algo que celebrar con esta película desvergonzada, trashy, y generosamente entretenida del director Walter Hill.

Para aquellos que se preocupan de una mujer cisgénero que retrata a una mujer transgénero deberían notar que Hill no es el primer director en formular una trama de venganza en torno a la reasignación sexual forzada. Recientemente el tema fue explorado en The Skin I Live In de Pedro Almodóvar (2011), pero Hill lo amplía con esta película. Como se evidencia en las transiciones de las escenas que son parecidas a los comics, y que Hill recientemente las usó en su Director's Cut de su película clásica The Warriors (1979), se ve claramente que es simplemente entretenimiento y claramente no es una representación lógica en la trayectoria de un transgénero real.

Como Frank Kitchen, Michelle Rodríguez es el centro de atención con un brusco machismo que lleva la película a través de una serie de flashbacks que involucran una serie de asesinatos vengativos. La formulación del castigo de Frank es que el es un gángster convertido en una mujer a causa de su forma de vida. El punto de la película de Hill no es de degradar, sino que existe un espectro que representa y trata la misoginia cultural, y si un castigo es peor que la muerte es el existir como una mujer. Ademas, la película subraya las problemáticas nociones continuas de género en un mundo donde los hombres son considerados superiores.

Las sombras psicológicas de la película no son tan cerebrales como esto sugeriría, y en muchos sentidos la película se asemeja al género de explotación en su estilo y su tono. Sin embargo, lo que hace a The Assignment es una actuación delirantemente divertida de Sigourney Weaver como la doctora psicótica. Una generosa cantidad de monólogos emitidos por ella hacen flotar la película como un relato cómico de incalculable valor. Desde el punto de vista técnico, la película se parece a uno de los títulos de acción de Hill en los años 80, mientras que los intermedios anuncian épocas y ubicaciones concretas que eventualmente se transforman en una broma exagerada. Y quizás lo mejor de todo es la fenomenal música sintetizada por nada menos que el maestro de los soundtracks de los años 80, Giorgio Moroder.

En general, The Assignment es una joya para aquellos que aman y aprecian el género de explotación de estilo retro y las películas Grindhouse con un tema controversial.

Puntuación: 3 alcapurrias.

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