Sunday, February 4, 2018

Review: The Commuter



Todos los días, Michael (Liam Neeson) toma un tren hacia la ciudad de Nueva York para ganarse la vida como un hombre de seguros, apenas logrando sobrevivir para mantener a su familia, incluyendo a su esposa Karen (Elizabeth McGovern) y su hijo universitario Danny (Dean-Charles Chapman). En este día especial, Michael descubre que ha perdido su trabajo después de una década de servicio, y recurre a su ex compañero, Alex (Patrick Wilson), para desahogarse. De camino a casa, preparándose para contarle a Karen la horrible noticia, Joanna (Vera Farmiga), una mujer coqueta que proclama saber un par de cosas sobre el comportamiento humano, le revela a Michael que es parte de una misión violenta, ofreciendole una pequeña fortuna para encontrar un pasajero específico en el tren. Mientras Michael se deleita con el dinero fácil, pronto se da cuenta de que está en problemas, tratando infructuosamente de librarse de un posible crimen. Sin embargo, Joanna no está aceptando un no por respuesta, amenazando con matar a Karen y Danny si Michael no produce resultados y rastrea el tren en busca del pasajero.

Es difícil creer que ya han pasado 10 años desde que Liam Neeson se convirtió en una inesperada estrella de acción con el thriller Taken, y desde entonces ha cementado su renacimiento tardío con películas de género B bien ejecutadas. Ahora, a sus 65 años y por cuarta vez (las tres anteriores siendo Unknown, Non Stop y Run All Night) se reune con el director Jaume Collet-Serra para The Commuter, que ve a Serra reivindicarse con thriller moderno a lo Alfred Hitchcock con un par de escenas de alta tensión que sin duda lo harían enorgullecerse. Hay un muy buen concepto en el corazón de este thriller deliberadamente pasado de moda: Michael, es un vendedor de seguros que todos los días encuentra su rutina de viaje de regreso a casa después de perder su trabajo cuando se ve interrumpido por Joanna, una extraña y enigmática mujer que se sienta frente a él y le ofrece una considerable recompensa financiera si puede encontrar a alguien en el tren.

Añadiendo un poco de tensión, a Michael solo se le da un poco más de media hora antes de que el tren llegue a Cold Spring para encontrar a la persona a la que le dicen se llama Prynne, y para empeorar, resulta que Joanna tiene también como rehenes a su esposa y su hijo, a quienes amenaza con matar si Michael no completa su misión. Fiel a su ambición Hitchcockiana, Serra crea una intrigante red de misterio sobre la mayor parte de la película, y hay al menos tres preguntas fascinantes que uno se hace... Quién es Prynne? Quién es Joanna y/o las personas con las que está trabajando o para quién? y finalmente, Qué quiere Joanna con Prynne? Esto a su vez se traduce en un trabajo de carácter sólido para los extraños proverbiales en el tren a quien Michael busca poner su marca, entre ellos una estudiante universitaria (Florence Pugh), un arrogante banquero de Wall Street (Shazad Latif), una enfermera emocionalmente angustiada (Clara Lago), un hombre tatuado (Roland Moller) y una adolescente reservada (Ella-Rae Smith).

Sin embargo, Serra es muy consciente de que quien lo hizo en sí mismo no será capaz de satisfacer a una buena proporción de la audiencia, que están para ver a Neeson involucrarse a los puños al estilo de Taken. Así que, mientras interpreta a un detective, Neeson también recibe un par de peleas bien coreografiadas, una de ellas tiene lugar en los confines de un carruaje, mientras que otra se hace impresionantemente en una sola toma y ocurre en un carruaje entero que incluye desde un arma, un hacha, una guitarra y cojines de asiento como armas. Hay un esfuerzo visiblemente establecido para mantener estas secuencias de lucha reales, por lo que aunque el personaje de Neeson se revela como un ex policía, la película no (y afortunadamente) usa eso como una excusa para regalarle "un conjunto muy particular de habilidades" para derribar a sus oponentes con demasiada facilidad.

Al igual que otros thrillers con trenes, este no se escapa sin que el tren en cuestión pierda el control y luego literalmente salga fuera de los rieles, lo cual está bien hecho (ni siquiera algunos efectos de CGI insatisfactorios le pueden restar valor a la tensión de ver casi todo el tren voltearse en el aire), pero esta conclusión impulsada por el espectáculo podría decirse que le quita la alta credibilidad y el concepto a la película. No obstante, Neeson permanece en el centro emocional de la película, transmitiendo la frustración, la impotencia y la resolución de un hombre normal que está tratando de recuperar el control de su vida de aquellos que se la arrebataron.

En general, no todas las lagunas de la narrativa se resolverán al final (lo que parece establecer la posibilidad de una segunda parte) ni se dan explicaciones más detalladas. Aún así, una película como esta sólo tiene la intención de ofrecer nada más que entretenimiento, en el último caso, sin embargo, logra brillante y bellamente mezclar la tensión clásica de las películas de Hitchcock con adrenalina y acción. Al final, The Commuter se ubica entre uno de los mejores trabajos de Liam Neeson en sus obras de acción, y si están en ánimo para algunas emociones y suspenso, definitivamente querrán verla.

Puntuación: 3 alcapurrias y media mordida.

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