Sunday, November 4, 2018

Review: My Dinner With Hervé



El año es 1993, y Danny Tate (Jamie Dornan) es un alcohólico en recuperación con 30 días de sobriedad, regresando a la sociedad para recoger los pedazos de su vida rota, habiendo perdido a su esposa e hijo por una borrachera. También está de vuelta en su trabajo como reportero, quien su editora le encargó recientemente que viajara a Los Ángeles y entrevistara a Gore Vidal sobre su nuevo libro. Danny también recibe instrucciones para entrevistar a Hervé Villechaize (Peter Dinklage), creando un artículo sobre el vigésimo aniversario de la película de James Bond, The Man With The Golden Gun. Al reunirse con Hervé, Danny se sorprende por la vitalidad de su personalidad y el desenfreno de sus historias, tanto así que pierde su cita con Vidal. Al borde de perder su trabajo por fallar a su cita con Vidal, Danny acepta reunirse de nuevo con Hervé, aceptando un viaje nocturno de desaventuras y confesiones mientras los dos hombres hacen una conexión inesperada.

My Dinner With Hervé es una producción hecha por HBO y es la historia de la noche salvaje del periodista Danny Tate con la celebridad Hervé Villechaize, el enano Nick Nack en la película de James Bond, The Man With The Golden Gun y Tattoo en Fantasy Island, mientras intenta contar su historia, la real, en contraste con lo que antes se sabía o se creía de él. Lo que comienza como una pieza típica destinada a ocupar un espacio en una página para la revista en la que trabaja Tate, pronto se convierte en una situación que resulta ser una historia mucho más profunda centrada en la adversidad, el concepto erróneo, el dolor y la pérdida. La película presenta estos conceptos durante gran parte del primer y segundo acto, ya que elude llegar a este destino de la verdad y honestidad, pero nunca llega realmente hasta que el tiempo de los dos personajes llega a su fin. El enfoque del escritor/director Sasha Gervasi a esta entrega de narrativa puede ser frustrante a veces, sin embargo, la conclusión vale la pena esperarla y nunca faltan momentos emocionantes y cómicos en el camino para llegar a esa conclusión emocional.

Al igual que el personaje principal de la película, la historia es encantadora y, sin embargo, toma tiempo para desarrollarse, pero al mismo tiempo posee algo que impide que los ojos se despeguen de la pantalla. En parte, esto se debe a la increíble capacidad de Peter Dinklage para sumergirse de lleno en el personaje y emerger como una versión inquietantemente similar de Hervé que logra captar el icónico acento francés de Villechaize y empujar a Peter Dinklage, el actor, a un segundo plano y solo ver a Hervé todo el tiempo. El tercer acto de la película es el más fuerte de ver debido a los momentos emocionales no solo de Hervé, sino también de Tate y el dolor que sus errores en la vida les han traído. Ambos se conectan sobre este tema, lo que da paso a una auténtica honestidad que les brinda la capacidad de ver realmente al otro por lo que realmente es y por lo que han tratado de ser. Esto va más allá de un simple acorde emocional entre dos almas durante una entrevista, ya que muestra una verdad universal que todo el mundo espera experimentar en secreto... una conexión sincera y cruda con otra persona al mostrar quién realmente eres y sin prejuicios.

En general, la película cuenta la historia convincente de la vida incomprendida de un hombre que fue una super estrella por un momento fugaz. Su retrato íntimo de una historia increíble bordea lo surrealista y lo desesperante, pero aún cuando su interés pueda desvanecerse, vale la pena quedarse hasta el final para descubrir la verdad de Hervé. Al final, My Dinner With Hervé es un drama entretenido, revelador y triste. Peter Dinklage fue espectacular en su interpretación de Hervé Villechaize y la película revela lo que le puede pasar a alguien cuando el dinero y la popularidad se inyectan rápidamente en la vida de alguien. Veanla, se alegrarán de haberlo hecho.

Puntuación: 4 alcapurrias.

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