Saturday, March 23, 2019

Review: An Interview With God



Paul Asher (Brenton Thwaites) es un periodista que recientemente regresó de Afganistán, donde estaba informando sobre el esfuerzo de guerra allí, y terminó con algunas de las mejores historias de su joven carrera. Pero lo que vio allí lo cambió para siempre, enviándolo por un camino oscuro cuando comenzó a buscar el verdadero significado de la vida. Comienza a luchar para lidiar con los efectos de sus experiencias en Afganistán, un matrimonio fallido y su fe. Comenzó a cuestionar la fe de su infancia, y le preguntó a Dios si Él era real. Sin embargo, Paul recibe una respuesta inesperada un día cuando recibe una llamada para entrevistar a Dios mismo. Escéptico y sin saber qué hacer o a dónde acudir, Paul se sumerge profundamente en entrevistar a un misterioso caballero llamado The Man (David Strathairn), quien dice ser Dios. Paul se sienta con este hombre misterioso en el transcurso de tres días y se encuentra respondiendo todas sus preguntas. Luchando con lo que sabe y de lo que no está seguro, se encuentra en una encrucijada, y lo que descubre es inesperado y está destinado a cambiar su vida para siempre.

Esa es la vieja pregunta: si tuvieras la oportunidad de hacerle una pregunta a Dios, cuál sería? Para Paul en An Interview With God, surge la posibilidad de no hacer una pregunta a Dios, sino de realizar una serie de tres entrevistas de treinta minutos. Paul es un periodista que ha encontrado su voz al mismo tiempo que pierde su fe después de regresar de Afganistán donde cubrió la guerra, y lucha por aceptar al hombre que se sienta ante él, afirmando ser Dios. El Dios de David Strathairn, o al menos un hombre que dice ser Dios, fue fenomenal. El Dios de Strathairn es tan humano, dolorosamente humano, que hace que incluso los no creyentes tengan la esperanza de que haya un Dios tan comprensivo y amoroso. Con unos pocos fragmentos de comedia y una extraña habilidad matemática, Strathairn pinta a Dios no como el hombre vengativo y barbudo del que muchos de nosotros aprendimos en la iglesia, sino como un Padre amable y compasivo que participa en las vidas de sus hijos.

Si alguien necesita un hombro amable y compasivo para apoyarse, es Paul. Luchando por entender lo que presenció en el extranjero y luchando para recomponer su turbulento matrimonio, Paul se encuentra en su punto de ruptura. Interpretado por Brenton Thwaites, Paul está visiblemente conmovido a lo largo de la película. Trabajando para vencer a sus demonios personales mientras trabaja en la que quizás sea la entrevista más importante de su carrera, Thwaites retrata de manera experta a un hombre parado en una encrucijada, y en su lucha, plantea las preguntas que muchas personas religiosas y seculares hacen en un momento dado en sus vidas.

Lo más sorprendente de la película es el cuidadoso y deliberado equilibrio entre predicar y apelar a lo secular. Sí, es una película sobre Dios y el papel de Dios y la religión en nuestra vida cotidiana. Dios o The Man, dependiendo de tu versión personal de la película, sabía y podía comunicarse con Paul sin decir una palabra. La película está llena de referencias bíblicas, y se expresó a lo largo de su duración que "Dios es amor". A pesar de estar enfocado en Dios, la película es bellamente humana. El diálogo entre Paul y The Man suena menos como una conversación entre una deidad y un mortal, y más como dos viejos amigos en medio de un amargo desacuerdo, luchando por ver el punto de vista del otro. La pregunta más importante que surge en el transcurso de la película, y en nuestra vida cotidiana, es "por qué le pasan cosas malas a las personas buenas?". En la respuesta de Dios, él presenta una lección que todos haríamos bien en aprender: "tienes más poder del que sabes". Mientras The Man admite que todo el tiempo pasan cosas malas (enfermedades, inundaciones, incendios, hambrunas, guerras), nosotros, los humanos, tenemos el poder de cambiar para mejorar. "Empieza por mirarte", The Man le dice a Paul, "y ahí es donde estaré".

Aunque la historia se centra principalmente en largas conversaciones, el diálogo está bien construido y mantiene una buena trama. Los personajes exploran algunos grandes temas relacionados con la naturaleza de la realidad y la obra de Dios. Estas conversaciones filosóficas realmente atraen la atención porque buscan desarrollar a los personajes como personas en lugar de lanzarnos visiones del mundo. Los escritores no temieron en profundizar con los personajes al hacerlos defectuosos y accesibles. La representación de Dios también es apropiada e intrigante. A lo largo de la historia, hay elementos psicológicos creativos que parecen estar construyendo un posible giro de la trama, pero desafortunadamente, esta creatividad aparente nunca se materializa, lo que hace que el final sea un poco flojo y decepcionante. La historia tiende a llegar a una conclusión con demasiadas preguntas sin respuestas después de que tenía mucho potencial, pero aún así, el resto de la trama es lo suficientemente buena como para mantener esta película a flote.

En general, uno no necesita ser un creyente para apreciar el mensaje presentado aquí. La película es un recordatorio de que en estos tiempos turbulentos nuestro mundo está a la merced de lo que decidimos hacer con nuestras circunstancias. Siempre habrán cosas malas que le pasarán a las personas buenas, pero los humanos, con nuestro libre albedrío, pueden decidir cómo manejar estos problemas. Paul, y quizás todos nosotros en algún momento de nuestras vidas, solo necesitamos un recordatorio de eso en la forma de una Intervención Divina. Al final, An Interview With God es una película muy estimulante con una buena historia, valor de producción y las buenas actuaciones de David Strathairn y Brenton Thwaites. Aborda algunas preguntas difíciles que impulsarán a las personas a revisar sus vidas y su fe, y tal vez generen algunas discusiones teológicas.

Puntuación: 3 alcapurrias.

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